Parte importante de la gestión ambiental responsable son los programas de monitoreo permanente que se implementan, alineados a las leyes de la industria e incluyendo estándares internacionales, así como inversiones en capacitaciones y esfuerzos para identificar estratégicamente las oportunidades para implementar procesos de desarrollo sostenible y economía circular.
Se ha adoptado el modelo de circularidad y aplicado el concepto creado por la fundación Ellen MacArthur como “una economía industrial que es restauradora y regenerativa por diseño”.
Conservación del suelo y manejo de residuos
El aprovechamiento de todos los residuos de la industria es importante no sólo para sostenibilidad, sino también para: preservar los suelos, que continúen siendo fértiles, y puedan conservar los ecosistemas.
El sector utiliza todo desecho orgánico que es útil para la siembra. En los últimos dos años, se reincorporaron más de 200 mil toneladas de cachaza y más de 65 mil toneladas de ceniza; ambas para nutrir los suelos. También en la zafra 2020-2021 se utilizaron más de 1.4 millones de toneladas de bagazo para generación de energía limpia y renovable.
Fuera de esta materia orgánica, se lucha porque cualquier producto adicional que se utilice para fertilizar o nutrir esté legalmente aprobado en el país por las autoridades y en su mayoría de etiqueta verde para evitar afectar el suelo o los hábitat de diferentes especies.
Adicional a esto, se realizan frecuentemente capacitaciones, análisis y reconocimiento de suelo para identificar qué nutrientes se necesitan para estar en condiciones propicias al momento de la siembra. Con la utilización de análisis y nuevas tecnologías, a través de la agricultura de precisión, cada año se busca reducir la cantidad de agroquímicos.
La agroindustria de la caña de azúcar de Honduras también utiliza el método de aprovechamiento de aguas residuales para el riego de los cañaverales, empleando eficazmente procesos de tratamiento de dichos líquidos que fluyen de forma circular dentro de la fábrica, reutilizando de esta manera el 100% del agua.
Dicho recurso hídrico está dotado de una gran cantidad de nutrientes y materia orgánica, por lo que tiene un impacto positivo en el cultivo, a este proceso se le llama fertirrigación.
Para llevar a cabo este proceso, debido a su complejidad, se estudia la salinidad de los suelos en forma periódica y se realiza un tratamiento especial de separación y almacenaje de dicho flujo, segregando los aceites, grasas, el rebose o agua del enfriador y el afluente de la planta de tratamiento de agua cruda.
Debido a los grandes aportes que tiene tanto en la utilización eficiente de los recursos como en la productividad, el sector ha trabajado con las autoridades de Miambiente desde el año 2017, en la elaboración de una normativa para el uso de aguas residuales para el riego del cultivo de caña.
Después de un proceso de investigación para determinar con sustento técnico-científico que los parámetros mínimos que se generan de las aguas residuales de la agroindustria azucarera se pudieran utilizar para el riego de manera garantizada, sin el riesgo de dañar el suelo y/o cultivo de caña; en 2019 se publicó en el Diario Oficial La Gaceta, la Normativa técnica para reutilizar las aguas residuales que genera la agroindustria azucarera para riego en cultivos de caña de azúcar (acuerdo ministerial 0841-2019), lo cual evidencia el compromiso de la Industria Azucarera por el uso sostenible del agua en todos los procesos de la industria.
Debido a la creciente demanda mundial de energía, a los problemas relacionados con las escasez de esta, y la probable subida de precio del petróleo, la agroindustria del azúcar ha decidido adoptar un rol importante para prevenir una crisis energética en el país.
Uno de los principales aportes de la agroindustria para el desarrollo sostenible del país es la producción de energía limpia y renovable a partir del uso eficiente de los residuos, como el bagazo, el residuo de la molienda de la caña de azúcar.
La cogeneración de energía producida en la Agroindustria Azucarera de Honduras representa alrededor del 10% de la energía limpia y renovable, siendo una de las más baratas ya que tiene un valor de hasta 0.08 centavos de dólar por kilovatio hora. Cabe mencionar que un solo ingenio que genere 25 Megawats con lo que es capaz de suministrar energía eléctrica para iluminar y hacer sostenible la actividad de una ciudad de 200 mil habitantes.
La producción de la energía se realiza trasladando el bagazo a calderas de alta presión cuyo vapor alimenta de energía mecánica a un turbo generador que la transforma en energía eléctrica. Gracias a este proceso se producen 339 mil megavatios de energía, de los cuales un 49% de dicha energía es utilizada en las empresas para la producción y la restante 51% se integra al sistema nacional de electrificación.
Para esta producción de energía, en los últimos dos años se utilizaron más de 1.4 millones de toneladas de bagazo.
Se estima que el ahorro en divisas de la producción de energía eléctrica a través de la biomasa del bagazo de caña alcanzó los 100 millones de dólares en el 2020, beneficiando la economía nacional.
Con la producción de energía renovable se reduce la dependencia del petróleo y se minimiza su impacto en la balanza de pagos, se reduce la emisión de gases efecto invernadero y al convertirse en una nueva oportunidad de negocios permite la creación de más fuentes de empleo en las zonas rurales.
Generación y distribución de energía eléctrica
Reforestación y conservación
Todos estos factores naturales del cultivo de la caña sumados a los esfuerzos propios de los ingenios azucareros contribuyen a mejorar el ecosistema, los cañaverales reúnen las condiciones para establecer nidos o moradas de diferentes animales que apoyan en la producción al servir de mecanismo de control de plagas y malezas; lo cual apoya a la conservación de diferentes especies.
De esta forma los ingenios conservan el equilibro de la biodiversidad, englobando también el cultivo mediante viveros de plantas que sirven para reforestar varias extensiones de terrenos dentro de los ingenios; así como también bosques, aéreas protegidas y manglares, lugares habitados por dicha fauna.
Como parte de su estrategia de sostenibilidad, la agroindustria azucarera ha apoyado con programas de reforestación con 12 mil hectáreas de bosques a nivel nacional, siendo prioridad las zonas de influencia de los ingenios. También, fieles al compromiso con la conservación del medio ambiente, los ingenios se aseguran de implementar programas de reforestación en todo el territorio nacional de los cuales, se beneficiarán todos los seres vivos y sus descendientes. Teniendo un gran sentido de responsabilidad con el territorio hondureño, la agroindustria azucarera hará todo lo que tenga a su disposición para que cada año se mejore el ecosistema.
En el periodo del 2020-2021 los ingenios han producido en sus viveros un total de 282 mil plantas, las cuales sirven tanto para reforestación en sus áreas de influencia como también para donación en diferentes programas de reforestación en el país y así apoyar en el combate a los impactos por el cambio climático. A través de programas de reforestación se han apoyado proyectos masivos como Plantatón HN, con el cual se contribuyó entregando plantas para reforestar en las ciudades más importantes del país.