La utilización de los diferentes nutrientes como fuente de energía durante la actividad física depende básicamente del tipo de trabajo muscular, de su duración e intensidad, del nivel de entrenamiento y de la presencia de algunas enfermedades que afectan a la elección del combustible.
Aunque las grasas proporcionan más energía por gramo que los hidratos de carbono, su oxidación requiere más oxigeno. Por este motivo, los hidratos de carbono resultan ser el combustible de elección en los deportes de alta intensidad.
Por su parte, las proteínas son mínimamente utilizadas por un organismo sano y bien alimentado (menos del 5 al 10% del total de la energía consumida). Las proteínas no son metabolizadas en cantidades sustanciales du- rante la contracción muscular, a menos que la persona haya ayunado severamente o que las reservas corporales de carbohidratos se hayan mantenido a bajos niveles.
Sin embargo, bajo esas condiciones de disminución de hidratos la intensidad del ejercicio que puede ser mantenida es significativa- mente menor y sobreviene la fatiga.
La energía en forma de carbohidratos almacenada se encuentra alojada en el músculo (79% del total) o en el hígado (14% del total), en forma de glucógeno, o en la sangre (7% del total), en forma de glucosa.
Si los carbohidratos fueran el único combustible metabolizado durante el ejercicio de intensidad moderada, este sería agotado en 2 horas.
Por lo tanto, debido a los Iimitados depósitos corporales de carbohidratos, y debido a que estos parecen ser el combustible preferido en ejercicios de alta intensidad, es imperativo capacidades de entrenamiento y rendimiento del deportista.
La utilización de los sistemas energéticos durante el ejercicio
La intensidad de la actividad tiene una importancia particular en la determinación, de que combustible utilizara el cuerpo.
En los deportes intermitentes desarrollados a altas intensidades como el futbol y el baloncesto, hay una mayor utilización de glucógeno (carbohidratos) y la relación con las grasas para brindar energía seria de un promedio de 90% y 10%, respectivamente.
El nivel de entrenamiento también influye, ya que los deportistas con mayor nivel desarrollan mayor capacidad para emplear las grasas como fuente de energía que las personas menos entrenadas. Los deportistas más entrenados consumirán menos carbohidratos y más grasa para la contracción muscular.
Finalmente, la alimentación del deportista también determina el nutriente utilizado durante el ejercicio. Si ha consumido una dieta rica en carbohidratos, dispondrá de una reserva mayor de glucógeno.
En situaciones de ayuno o de carencia de carbohidratos en la alimentación es más probable que se utilicen las proteínas como combustible energético.
Las fuentes de proteínas para este proceso provienen deI propio tejido muscular, lo cual influye negativamente en el deportista.
Debido a la relación entre reservas corporales de carbohidratos y la aptitud para mantener una intensidad de ejercicio que soporte la capacidad de entrenamiento, muchos estudios han sido elaborados para determinar el tipo óptimo, la cantidad y los ritmos de alimentación con carbohidratos, inmediatamente antes, durante y después del ejercicio.
Solo unos pocos estudios han examinado las influencias del tipo de carbohidratos consumidos sobre la síntesis de glucógeno muscular. La teoría de la superioridad de los comúnmente denominados carbohidratos complejos para la síntesis de glucógeno muscular fue popularizada a través de los resultados de Costill y Cols.
Según este estudio, sujetos que disminuyeron las reservas de su glucógeno muscular con carreras exhaustivas, consumieron por más de 48 horas, dietas que contenían principalmente carbohidratos simples o complejos.
Durante las primeras 24 horas ambas dietas resultaron en una síntesis de iguales cantidades de reserva, mientras que en las 24 horas siguientes hubo significativamente más síntesis de glucógeno con la dieta de carbohidratos complejos.
Sin embargo, los resultados de este estudio no fueron reproducidos por Roberts y Cols que, tanto con carbohidratos simples como complejos obtuvieron incrementos equivalentes en la síntesis de glucógeno muscular durante tres días.
A pesar de que en gran parte de los estudios se destaca la importancia de los carbohidratos como sustrato energético y su rol en el incremento del glucógeno muscular, no suele diferenciarse en los mismos el tipo de carbohidratos al que hacen referencia.
Comidas combinadas con glucosa, sacarosa o polímeros de glucosa serian ideales tanto para su consumo antes, durante como después del ejercicio.